Un camino angosto.

Un camino angosto

Como seres humanos, tenemos una tendencia natural a siempre aprobar como cierto aquello creído por grandes grupos de personas y como correcto aquello vivido por multitudes.

Hace unas semanas tuve una experiencia que me hizo darme cuenta de cómo es que esto es cierto. Hice una visita a un centro comercial para ir a algunas tiendas. Este centro comercial, como muchos, es de aquellos que tienen una máquina con un botón, el cual, al ser presionado te proporciona un boleto (que posteriormente debes pagar) y levanta una pluma la cual te da el acceso al estacionamiento.

Mientras me acercaba al estacionamiento en mi auto, me percaté que de las cuatro máquinas que estaban en la entrada, solo una estaba siento utilizada para entrar. Había una larga fila de carros la cual me hizo pensar: “Probablemente ninguna de las otras tres funcionan” así que me formé en la fila. Mientras pasaba el tiempo y los carros entraban, más me aproximaba a la máquina. Algo que llamó mucho mi atención es que la mayoría de los otros conductores aparentemente tuvieron el mismo pensamiento que yo ya que se formaron detrás de mi.

Estando ya a solo dos carros de la máquina, de pronto noté que un carro se salió de la fila y utilizó una de las otras máquinas. Me quedé atento ya que realmente nunca estuve seguro de que estas otras tres no funcionaran. Así que cuando el carro llegó a la máquina, el conductor presionó el botón, la pluma se levantó y entró al estacionamiento del centro comercial rápidamente.

Esto me dejó pensando. Reflexioné en cómo es que muchos basamos lo que es o no es basado en lo que funciona para la mayoría. Yo no sabía si funcionaban las máquinas o no, sin embargo, todos los que estábamos en la fila creímos lo mismo asumiendo una creencia por ser multitud en fila.

Esto me puso a pensar en una de las enseñanzas de Jesús dio en cuanto al camino de aquellos que quieren seguirle con una vida comprometida y que quieren “entrar”en el reino de los cielos.

Mateo 7:13-15 (RVR1960)

13Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Jesús enseña que la puerta y el camino de perdición son amplios y espaciosos y que en éstos, son muchos los que caminan. Por el otro lado, la puerta que lleva a la vida es estrecha y el camino angosto, por consiguiente los que caminan por este camino y hacia esta puerta son pocos, son menos. Esta ilustración es muy gráfica y evidentemente podemos entender que la multitud o la mayoría se encuentran en un camino incorrecto y de perdición, lo cual trae consigo una tentación.

Regresando al anécdota con el que comencé este escrito, si la mayoría son los que se encuentran en el camino equivocado, naturalmente aquellos que han decidido caminar en el camino angosto enfrentarán la tentación de pensar que están caminando por un camino equivocado que probablemente no funcione, quizás sea mejor hacer fila en la máquina que da acceso a la perdición.

Me aterroriza pensar en la realidad de que aún dentro del cuerpo de Cristo (la Iglesia) existen tipos diferentes de “creyentes”. Unos que parecen exagerados, radicales y que toman “muy literal” la Biblia y por el otro lado hay otros que son más relajados, no comprometidos y que tienen una manera muy transigente de vivir. En otras palabras, parece que unos han comprometido tanto sus vidas con Jesús que parece que están muy “cerrados” a las cosas de este mundo y hay otros más relajados o “cool” que parecen estar muy “abiertos” a lo que está viviendo la cultura, los medios y la sociedad. Hay creyentes que están tan comprometidos con el Señor que para la mayoría parecen raros y “santurrones” por lo cual terminan siendo pocos o minoría, y por el otro lado hay cristianos que son tan “buena onda” y “llenos de amor por todos” que parecen ser muy relevantes para la gente siendo naturalmente éstos la minoría.

¡No caigas en la tentación!

Si has decidido seguir a Cristo, has entregado tu vida a Él, te has comprometido con el evangelio y te has abandonado para vivir en una vida enfocada en lo eterno. Es probable que te encuentres con la minoría y por consiguiente, es probable que de vez en vez, sientas la tentación de estar en el camino equivocado al ver que la mayoría no vive como tu. Pero según Jesús ¡No es así!

Te quiero animar a perseverar hasta el fin. A ser de aquellos que han aceptado una vida que glorifique a Jesús. A buscar el éxito en la era venidera más que en el tiempo presente. A abandonarte en Cristo para seguirle cada día de tu vida tomando tu cruz y negándote a ti mismo. A caminar a pesar de ser de los pocos “incomprendidos” que caminan siendo minoría. Y a entrar en una puerta que trae vida, vida eterna.

Gualo Salinas.

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